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En muchas propiedades horizontales, los conflictos entre vecinos pueden ser materia de todos los días. Los desencadenantes casi siempre son los mismos, el ruido excesivo, la falta de higiene o la falta de consideración con los espacios públicos.
Sin embargo, hay muchas maneras de sortear estas situaciones que pueden resultar incómodas para todos los involucrados.
El diálogo, la comprensión, la empatía y la paciencia pueden orientar el camino hacia una convivencia más amena. Si eres administrador de propiedades horizontales, te serán muy útiles estos consejos.
Este conflicto entre vecinos es uno de los más comunes dentro del régimen de propiedad horizontal. Tiene su origen en el instante en el que hay varios residentes o propietarios que no saldan sus deudas.
Los copropietarios están obligados a pagar expensas, con el objetivo de que funcione la propiedad horizontal. Si esto no se cumple, se desequilibran las finanzas y la prestación de servicios.
El fondo de los pagos administrativos y otros cobros, sirve para mantener los servicios comunes: como el mantenimiento de las áreas comunes, el aseo y si corresponde, el servicio de vigilancia y el encargado.
Si bien los fondos son necesarios para poder mantener una buena administración, es importante que estos estén bien optimizados.
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Quien haya vivido en edificios de departamentos por pisos, puede dar testimonio de este conflicto. Cuando hay vecinos muy ruidosos, generalmente hay conflictos.
Las riñas, los ruidos de obra, la música a deshora, el llanto de bebés, pueden desencadenar una convivencia decadente.
Claro está que el problema no será si el bullicio sucede esporádicamente. El conflicto entre vecinos sucederá en cuanto la vida en común se haga inviable.
El factor sonoro es uno de los que mayor estrés ambiental causa, nadie espera seguir viviéndolo en la comodidad de su hogar
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Por regulaciones legales, la propiedad horizontal no puede impedir que los propietarios e inquilinos tengan mascotas. Sin embargo, se deben garantizar medidas de convivencia en beneficio de todos los vecinos.
Entre estas medidas, debe exigirse que las mascotas no transiten libremente por las áreas comunes, ni estén sin supervisión de sus dueños o cuidadores.
"La tenencia irresponsable de mascotas en espacios comunes, puede ser la causante de conflictos entre vecinos."
Además, los responsables de las mascotas deben prever medidas higiénicas. Si quieren pasearlo por las áreas comunes, recoger las deposiciones es respetuoso y evitará los conflictos entre vecinos.
En pocas palabras, los requisitos para mascotas en una propiedad horizontal, están basados en la convivencia y el respeto hacia el otro, de la misma manera que en la vía pública.
Este conflicto también puede derivar del problema anterior. Cuando hay una mascota muy ruidosa o revoltosa, también pueden generar disconformidades.
Las reglamentaciones de propiedad horizontal establecen que las zonas comunes sean disfrutadas por todos los propietarios e inquilinos; esto implica la consideración por el espacio y el disfrute de los demás.
La falta de esta consideración puede llevar a conflictos entre vecinos. Traspasar los límites del respeto por el otro genera muchos problemas en la convivencia en propiedades horizontales.
"Las zonas comunes deben usarse para el disfrute de todos los miembros de una propiedad horizontal."
Tanto los propietarios como los inquilinos tienen derechos y obligaciones para todos poder disfrutar de los espacios comunes. El abuso de la utilización de estas zonas puede originar disparidades entre vecinos.
La piscina, el parque, el jardín, la terraza, son espacios que deben ser utilizados de manera regulada para no quitarle el derecho al resto de los vecinos. Es decir, como tienen el derecho de usarlos, también tienen la obligación de respetar los tiempos.
Por cierto, las fachadas también son tenidas en cuenta como bienes comunes y corresponde a la administración sus tareas de mantenimiento.
Muchos de los conflictos entre vecinos son evitables si se atiende a las normas de convivencia con el merecido respeto que merecen.
"Recuerda que atender a las normas de convivencia puede evitar muchos conflictos entre vecinos."
Su incumplimiento muchas veces puede suponer la necesidad de dirigirse a las autoridades competentes. El administrador tiene la función de dirigir a la comunidad vecinal para poder evitar esta clase de conflictos y mejorar las relaciones.
Para evitar acudir a la justicia, hay algunas herramientas que pueden colaborar a evitar o moderar este tipo de conflictos. Igualmente, llegar a acuerdos, hacer reuniones con los miembros de la propiedad, dialogar o recordar las normas pueden ser algunas.
Pertenecer a una comunidad puede ser más complejo de lo que parece. Tener que convivir con otros miembros implica que debamos respetar las normas establecidas.
Algunos dichos remarcan que las reglas están para cumplirlas, y el caso de las propiedades horizontales no es la excepción.
Para estar casi exento de los conflictos, el administrador debe ejercer sus funciones con herramientas de liderazgo. De igual forma, solucionando y anticipando de manera ágil, eficaz y resolutiva los posibles conflictos entre vecinos.
Sin embargo, el último recurso disponible para la mediación de conflictos es la instancia judicial, esperando no tengas que llegar a tomar medidas tan extremas.
Consideramos que el diálogo y el respeto por las normas pueden generar un espacio saludable y seguro para todos los vecinos.
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