Photo by Jessica Lewis . Licencia CC0.
La morosidad es un gran problema para la administración de la propiedad horizontal. Pero, ¿excluir a los propietarios morosos de las asambleas podría ser una solución para obligarlos a pagar?
Ciertamente los impagos, además cuando son recurrentes, ponen en peligro el balance de las finanzas de la propiedad horizontal. Así que administraciones y juntas buscan alternativas para evitar que la tasa de morosidad suba.
Por ello, en foros especializados en materia de propiedad horizontal hay una pregunta recurrente. “¿Es posible impedir que los propietarios morosos asistan a las asambleas?”. Sigue leyendo, que nosotros te lo contamos en este artículo.
Un propietario moroso es aquel que incumple con sus responsabilidades de pago de las cuotas de administración. Ya sean cuotas ordinarias o cuotas extraordinarias.
Recordemos que estas cuotas son establecidas según los gastos comunes de la propiedad horizontal. La alícuota se aplicará según corresponda en el reglamento.
También se puede presentar el caso de la obligación del pago de una cuota para cubrir algún trabajo o reparación extraordinaria. Estos pagos tienen que tener la aprobación de las Junta de Propietarios en asamblea.
En cualquier caso, todo vecino que incumpla con sus obligaciones en tiempo y forma, se considera moroso. La administración está en el deber de hacer los avisos de cobro y buscar la mediación para evitar que la deuda se incremente.
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La ley actual de propiedad horizontal no establece expresamente la exclusión de los propietarios morosos en las asambleas. La recomendación general, para evitar demandas en el futuro, es apegarse a lo que dice el reglamento de la P.H.
Si, en el reglamento de la propiedad horizontal, aprobado en una asamblea, se expresa esta posibilidad, entonces puede proceder. De no ser el caso, la recomendación es que se permita la participación en asamblea del vecino moroso.
Generalmente se permite que los propietarios morosos tengan el derecho a voz. Es decir, a expresar sus opiniones, pero se limita su derecho a emitir cualquier voto.
El que un vecino moroso pueda tomar decisiones que influyan en el destino de la P.H. causa roces y molestias con los que están al día. Esto al entender que si no cumple con sus deberes, no debería tener derechos.
Pero en este tipo de situaciones lo correcto es apegarse a lo que dicen las leyes y reglamentos, más allá del sentir colectivo.
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Si no se pueden apartar a los propietarios morosos de las asambleas, a menos que esté en reglamento, ¿qué otra exclusión pueden recibir?
Es una realidad que no se puede impedir tampoco que los morosos usen áreas comunes, con la idea de que cumplan sus pagos. Las exclusiones no son una vía efectiva para lograr que estos vecinos se pongan al día.
Pero sí es una realidad que todo lo que se establece en el reglamento debe cumplirse. Y si en el reglamento se señala la exclusión de los morosos de otras actividades o beneficios, es posible ejecutarla.
Esto entendiendo que el copropietario moroso está al tanto de las consecuencias de sus acciones, es decir, de no pagar la cuota de administración en tiempo y forma.
En general, la recomendación para evitar el aumento de la morosidad en la propiedad horizontal, es implementar otras estrategias. Estrategias como la conciliación, en primer lugar.
Dialogar con los vecinos morosos, entender su situación y llegar a un acuerdo que satisfaga a ambas partes, puede ser la mejor opción. En caso de que esta medida no funcione, entonces se puede acudir a las autoridades correspondientes.
Es importante destacar que las deudas de la propiedad horizontal están garantizadas con los inmuebles correspondientes. Por lo que los morosos deben cumplir con sus obligaciones para, por ejemplo, no perder el bien en el futuro.
Las acciones de los propietarios morosos desbalancean la salud financiera de la propiedad horizontal. Aun así, tomar decisiones como limitar sus derechos de participación en asambleas no va a mejorar la situación por sí sola.
Esto no quiere decir que no se deban tomar medidas para que los morosos cumplan con sus pagos. Pero sí que se deben tomar aquellas que en el futuro no afecten más la situación.
Limitar los derechos a los morosos puede acarrear demandas, si por ejemplo, esa exclusión no está establecida en un reglamento. Es clave que todo esté debidamente normado para que cause el efecto esperado.
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